La Gomera es una hermosa isla pequeña, en poco espacio alberga numerosos paisajes, que impresionan y emocionan al viajero que recorre su abrupta orografía compuesta de sobrecogedores barrancos y palmerales de enorme belleza, coronados por espesos bosques de laurisilva. Es  un espacio ideal para practicar senderismo, y realizar rutas que, bien programadas, te permitirán conocer La Gomera palmo a palmo.

La isla cuenta con una red de senderos muy bien señalizada, ajustándose a las normas de la Federación Europea de Senderismo (ERA): Los grandes recorridos (GR) están señalizados con marcas rojiblancas, los pequeños recorridos (PR) están identificados con amarillo y blanco y los senderos locales (SL), tienen un máximo de 10 Km y están señalizados con verde y blanco.

Una de las rutas clásicas de la Gomera es el camino de descenso del Roque de Agando a la Playa de Santiago, con una duración aproximada de 3:30 horas y 12,5 km de recorrido. Con una dificultad catalogada como media, con una pendiente muy pronunciada  al principio y posteriormente un descenso cómodo por pista asfaltada y sendero rural y al final por carretera poco transitada.

La ruta comienza a los pies del Roque de Agando (1.050 metros), considerado como el monumento natural más emblemático de la isla, que forma parte del Parque Nacional de Garajanoy  y de la Reserva Natural Integral de Benchijigua, su cima alcanza los 1.250 metros. Rodeamos por detrás el monumento en memoria de las víctimas del incendio de 1984, junto a la carretera del Centro y bajamos atravesando el bellísimo barranco  de Benchijigua. En este primer tramo, la vegetación está dominada por jarales y un escobonal relativamente tupido. En la parte baja de la cuenca de este barranco, nos encontramos un rosario de caseríos que constituyen un claro ejemplo de la arquitectura tradicional (pequeñas casas de gruesos muros de piedra y cubierta de tejas).

Puedes hacer una primera escala en la aldea de Benchijigua, uno de los asentamientos más antiguos de la Gomera, hogar de emigrantes de la Louisiana durante el dominio español en 1783. Situada a 600 metros del Roque de Agando y a unos 12 km de Playa de Santiago. En este pueblo donde casi no quedan habitantes que residan de forma permanente, la compañía Fred Olsen ha restaurado algunas casas de estilo tradicional, destinadas al turismo rural. 

Continuamos descendiendo, acompañados de algunos eucaliptos de gruesos troncos y algunas antiguas huertas nos encontramos con un precioso salto de agua, cuando el invierno ha sido lluvioso, llamado el Arcón de Minaya.

Pasado el Arcón de Minaya, nos encontramos con el pequeño caserío Lo del Gato, con sus viviendas agrupadas rodeadas de llanos y bancales donde hay vecinos que cultivan con esmero sus huertos.

El sendero sigue por el barranco hacia Pastrana, caserío situado en medio de un hermoso palmeral a unos 260 m, que posee un molino de agua con más de cien años de antigüedad, en perfecto estado que se sigue usando para moler gofio.

A partir de Pastrana, el camino se convierte en una carretera estrecha asfaltada. En el tramo final, llegaremos a Playa de Santiago,  donde abundan las fincas de plataneras, encontramos el Hotel Jardín Tecina y desde donde podremos divisar la isla de Tenerife. Cuenta con un pequeño núcleo urbano de casas blancas y un puerto que suele ser  punto de partida para navegar y avistar cetáceos. Llegados al final de nuestra caminata, un bañito en la Playa de Santiago, situada al lado del puerto pesquero, será el colofón final de nuestra maravillosa caminata.