Uno de los episodios más importantes de la historia de La Gomera tuvo lugar en la primera mitad del Siglo XV, se trata del fallido intento de conquista de la isla por parte de Portugal, en dicho suceso la “Fortaleza de Chipude” tuvo un papel decisivo.

La Fortaleza de Chipude, también conocida por los antiguos gomeros como Argodey., es una montaña, de 1.243 metros y 300 metros de diámetro, de paredes rocosas casi verticales y cima más bien plana, localizada en el municipio de Vallehermoso, en la zona de Chipude.

Las antiguas crónicas cuentan como hacia finales de 1424 llegó a aguas de Canarias la mayor expedición que Portugal había enviado hasta entonces a dicho Archipiélago, ya que hasta la fecha, la corona portuguesa, había respetado la soberanía  de Castilla sobre las Islas Canarias. Para Don Enrique “el Navegante” hijo de Juan I de Portugal, las Islas Canarias eran vitales en su expansión por el Océano Atlántico a través de la costa africana. Todas las islas del Océano Atlántico, próximas al continente africano (Madeira, Cabo Verde, Fernando Poo…), pertenecían a Portugal, todas menos las Islas Canarias.

El marino portugués Fernando de Castro, capitaneó la campaña que contaba con 12 carabelas que transportaban 2.500 hombres y 120 caballos. Tras un ataque fallido a Gran Canaria se dirigieron a La Gomera a la que consideraban más fácil de conquistar, al ser más pequeña y tener defensas más débiles. Desembarcaron en el puerto de Hirupe, identificado por algunos historiadores como la ensenada cercana a los Roques de Argüamul, en Vallehermoso. 

Fortaleza de Chipude desde la carretera general 

El primer enfrentamiento entre los portugueses y los antiguos gomeros se cree que se produjo en Argüalmul, un terreno muy accidentado con enormes precipicios y declives. Durante la contienda, los invasores mataron al hermano del jefe cantonal, tras lo cual, la fiereza inicial de los aborígenes pareció esfumarse.

Los portugueses, avanzaron entonces fácilmente tierra adentro mientras los naturales huían a través de las lomas de Tazo y Epina.  Dicha huida ocultaba una hábil estrategia, en la que los portugueses, confiados cayeron sin darse cuenta. Los gomeros, sabedores de su inferioridad numérica recurrieron a la astucia y cercaron a los invasores en la Fortaleza de Chipude. Tras varios días de sitio, los portugueses se rindieron y el rey gomero mostró su piedad y generosidad para con los vencidos perdonándoles la vida. Pero no sólo fueron perdonados…entre vencedores y vencidos hubo un pacto que les permitió vivir juntos en paz y concordia. Mediante este pacto, Don Enrique “el Navegante”, aunque no pudo conquistar La Gomera, consiguió tener una base propia en Canarias para sus operaciones en África.

La parte de La Gomera habitada por los derrotados portugueses que se establecieron en  la isla fue la del norte, concretamente la Vallehermoso y Hermigua, aún hoy se percibe cierta influencia portuguesa en La Gomera: en el léxico (peje, fechar…) en la enorme cantidad de apellidos portugueses (Coello, Ossorio, etc), en los nombres de lugares de origen portugués, en la arquitectura doméstica insular…Además los portugueses fueron los que introdujeron el cristianismo en La Gomera.

La Fortaleza de Chipude, es Monumento Natural, está incluida en el paisaje protegido de Orone, declarada como Zona de especial Conservación  dentro de la Red Natura 2000 y Bien de Interés Cultural.  Se puede visitar, en cualquier momento del año a través de los numerosos senderos que recorren la isla de La Gomera. Es uno de los conjuntos arqueológicos más importantes de la Gomera y en su cima se han encontrado numerosos restos de cabañas y refugios pastoriles y unas estructuras circulares de piedra, “aras de sacrificio” donde los antiguos gomeros realizaban sus sacrificios (pies  y cabeza de cabra y oveja). En tu visita a La Gomera, no te la pierdas!