Vivimos en un mundo agitado y bullicioso  con una alta contaminación acústica, rodeados de asfalto y alejados  de la naturaleza. Estos factores, afectan a nuestro estado físico y emocional, provocando en muchos casos desequilibrios y enfermedades.

Nuestro organismo, necesita encontrar espacios que le permitan descansar, lugares que faciliten la calma y la armonía…para lograr, en la medida de lo posible, un equilibrio físico y mental.

La Naturaleza  nos espera con los brazos abiertos poniendo a nuestro alcance los numerosos beneficios que el simple contacto con ella nos puede aportar.

Este contacto, es esencial para disfrutar de una buena salud e influye directamente en nuestro comportamiento, como así lo demuestran diferentes estudios. Científicos del Laboratorio de Paisaje y Salud de la Universidad de Illinois, en Estados Unidos, tras más de una década de investigaciones, han concluido que en zonas donde hay espacios verdes ya sean bosques, jardines o zonas peatonales, la gente es más generosa y sociable. Existen fuertes lazos de vecindad, más confianza mutua y mayor voluntad de ayudar a los demás.

El simple hecho de realizar una actividad física en el campo u otro entorno natural comparable, incrementa la vitalidad de las personas, se sientan más vivas y la sensación de bienestar es mayor. El sol y el aire puro, ayudan a mejorar nuestras capacidades físicas y equilibran nuestra parte emocional.

Jugar con nuestros hijos en un espacio natural, puede ser muy beneficioso para ellos, dotándoles de más seguridad, mejorando su autoestima, al mismo tiempo que  favorece su desarrollo integral.

Otros estudios apuntan que el contacto directo con la naturaleza contribuye a un mejor rendimiento intelectual, produce un mejor funcionamiento cognitivo, además de potenciar la auto-disciplina y el control de los impulsos. Por el contrario, aquellas personas que no conviven con la naturaleza tienden a sufrir déficit de atención,  síntomas de hiperactividad y trastornos de ansiedad y depresión. También existen evidencias científicas de una correlación entre el número de árboles que hay en el lugar donde se vive y una menor tasa de mortalidad por enfermedades cardiovasculares. Así, a mayor número de árboles hay una menor tasa de mortalidad por esta causa.

Los espacios verdes,  en definitiva, no son meros paisajes, son elementos claves para la promoción de nuestra salud, bienestar  e inteligencia.

En la Gomera, una isla llena de espacios naturales protegidos podrás disfrutar de la naturaleza en estado puro

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