Palmera enana

Chamaerops humilis, la única especie del género Chamaerops, se conoce popularmente como palmito o palmera enana.1 Es una de las dos especies, junto con Phoenix theophrasti, de la familia de las palmeras Arecaceae) nativa de la Europa meridional. Se distribuye por el norte de África y el sureste y suroeste de Europa.1 Es la única especie de palmera autóctona de las Islas Baleares

Palmera de entre 3 a 4 m de altura ramificada desde la base o a veces con tronco único. Las hojas, de unos 50 a 80 cm de diámetro, son palmeadas y divididas en numerosos folíolos (24 a 32) grisáceos o verde azulados, duros y terminados en ápices bifurcados. Los peciolosestán recorridos en toda su longitud por espinas rectas de unos 2 o 3 cm de largo, de color amarillo.
Es una especie dioica (ejemplares masculinos y femeninos separados) Las inflorescencias, de entre 15 a 20 cm de largo, nacen al final de los troncos, entre las hojas. Produce pequeños frutos carnosos, redondos, de color verde inmaduros tornándose rojizos a negruzcos al madurar.3 Florece en primavera y los frutos maduran a lo largo del otoño. Se distribuye por las regiones secas a lo largo de la costa mediterránea, desde Italia hacia el oeste, pero excluyendo a Francia. Es común en las costas mediterráneas de España, sobre todo en las de Andalucía, Comunidad Valenciana, Islas Baleares y el norte de Marruecos. En la provincia de Almería crece de forma natural en la Sierra de Cabo de Gata, donde es una de sus especies más características.

La planta tiene valor ornamental y comercial y se emplea en jardinería por su resistencia y rusticidad. Es muy empleada para jardines de rocalla por no alcanzar una gran altura como otras palmeras y para formar setos espinosos que impiden el paso. Se cultiva en invernaderos para la exportación.

Su valor ecológico reside en la resistencia a la sequía.3 Sus frutos sirven de alimento a muchas especies autóctonas y su densidad espinosa es aprovechada como refugio para la cría por muchas especies animales.

Sus frutos son ingeridos por mamíferos (tejones, zorros, conejos, ungulados) que, en ocasiones, actúan como dispersantes de las semillas.

Las fibras de las hojas se utilizan para elaborar esteras, escobas y cuerdas, también como relleno de tapicerías.

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